Soy Marta y os voy a contar mi historia …

Desde bien pequeñita me gustó bailar y cantar, y  a los ocho años comencé muy bien sin saber donde me metía, la especialidad de acordeón en el Conservatorio de Zaragoza. Durante diez cursos aprendí un lenguaje y instrumento de una forma que realmente no terminó de encajar con mi manera de vivir y sentir la música, así que me propuse que mi camino con la ella tenía que ir hacia otro lado, aunque todavía no sabía muy bien hacia dónde …

Unos años antes de terminar el Conservatorio, me había empezado a introducir en el mundo de la Danza Oriental, que me enseñó lo que podía ser disfrutar con el arte, expresarme con el cuerpo, conocerme a través mi danza, descubrir y descubrirme realmente  en mi cuerpo … Entendí así que la música y el movimiento no podían ir por separado, sino que eran parte de lo mismo. Es algo que parece obvio, pero que nunca había vivido en mi formación musical reglada. Así que siempre agradeceré a mis profesoras de danza todo lo que me han enseñado y también, a aquellas que han sido mis alumnas. Sin duda, fueron una gran revolución.

Al terminar Magisterio de Educación Especial, y buscando nuevos lenguajes con la música, descubrí que la Musicoterapia podía ser una vía para trabajar con niños con distinto tipo de características y situaciones vitales. Puesto que no tenía vocación de maestra y me interesaban otros caminos, decidí matricularme en el Máster de Musicoterapia de la Universidad de Alcalá de Henares, que terminé en 2011. Desde entonces, comencé a trabajar en distintos colegios, asociaciones y otras entidades en actividades relacionadas con la música, la musicoterapia, la danza … Diferentes propuestas con el objetivo común de usar la música y el movimiento como medio de encuentro con uno mismo y el mundo, y centrándome sobre todo en el área de embarazo, infancia y familia.

Al mismo tiempo que comenzaba esa andadura laboral, me matriculé en el grado de Psicología a través de la UNED. Quise hacerlo porque consideraba que era complementario a mi formación como musicoterapeuta y fue en Junio de 2016 cuando finalicé la titulación. Sin duda, la mejor experiencia en mi formación como psicóloga fue realizar las prácticas en la Asociación Española contra el Cáncer, donde pude compartir, escuchar y acompañar numerosas experiencias de vida y de muerte de las que recibí grandes aprendizajes.

Desde siempre, pero especialmente a partir de la adolescencia, tuve especial interés por temas relacionados con el cuerpo de la mujer, la gestación, el nacimiento, la crianza, las relaciones familiares en distintas situaciones … Por eso, mi camino profesional se ha estado especializando en este área. He realizado formaciones diversas tanto desde el área de la musicoterapia como el de la psicología, centradas en este ámbito. En un momento dado de mis encuentros con familias, se cruzó la muerte en el camino, y no quise darle la espalda, y de ahí nació un proyecto paralelo a Musikare que ha durado hasta 2018 llamado «La Velita», de acompañamiento a familias que han vivido una pérdida por muerte gestacional o perinatal o por infertilidad.

En este tiempo también he podido encontrarme con la cantidad de juicios y prejuicios en relación a los diferentes procesos de maternidad, desde el deseo – o no deseo – de tener un hijo, a «cómo» debe ser la vivencia del embarazo, parto, crianza etc.  Ante semejante presión hacia las mujeres, busco encontrar respuestas, romper silencios, crear debates para poder respetar la singularidad de cada una , de cada familia, y que todas puedan mostrarse de manera libre y auténtica en relación a sus propios deseos y creencias, en su manera de vivir cualquier proceso relacionado con la mater / paternidad.

¿Y además del área de maternidad? Mi interés por el ser humano y su esencia emocional y espiritual, me ha llevado a trabajar a través de la música y la musicoterapia con  y para diferentes colectivos como personas con diversidad funcional (discapacidad, salud mental) en colegios, asociaciones y otras entidades. También he trabajado con personas enfermas en hospitales y ancianos en residencias, donde he podido acercarme y conocer como profesional los colores del final de la vida, que mucho tiene que ver en la realidad con el principio.

Muchas por tu interés en mi trabajo,

Un abrazo, Marta

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